una ruta poco habitual

Ya ha pasado una semana desde que salimos de Foz; hemos pasado por 4 ciudades en 7 días, todas ellas en el Sul. Lugares nada turísticos, con posibilidades casi nulas de sacar fotos, aunque no por ello nos han dejado indiferentes. Hemos comenzado por la grande y organizada Curitiba, pasando por la pequeña ciudad austriaco-alemana de Sao Bento do Sul, siguiendo por la fea Joinville para llegar finalmente al Benidorm brasileño, Balneario Camboriu.

Y, ¿por qué escoger esta ruta tan poco habitual??, nosotros lo hicimos por una única razón, reencontrarnos con el filósofo Daniel, nuestro “Alterio” de Finlandia, maestro de caipirinhas.

Debido a la complicada agenda de trabajo de Daniel, tuvimos que pasar un par de días solos en Curitiba, así que volvimos a lanzar los dados de la suerte y aterrizamos en la casa de Caio, un joven de 23 años que es chef y vive con su madre. De nuevo tuvimos una experiencia maravillosa. Disfrutamos de una habitación privada ya que su hermana se acababa de casar y tenían un cuarto libre, junto con su novia Priscila nos llevó a conocer los parques más chulos de la ciudad, y pasamos fabulosas cenas y noches con su pareja de amigos Gui y Ale.

Cuando Daniel consiguió liberarse un poco de su trabajo nos fuimos con él a Sao Bento do Sul que es donde tiene su piso. Pasamos dos días geniales, de charla tranquila, comida vegetariana, recuerdos y anécdotas de Finlandia, y paseos por esta atípica ciudad brasileña. Han pasado seis años desde que nos vimos por última vez pero es como si el tiempo se hubiera estancado y solo hubieran cambiado los escenarios.

Si decimos que Sao Bento es atípica es porque parece más una ciudad austro-húngara, suiza-alemana que una ciudad de Brasil. Los habitantes van de conjunto con las casas, rubios, piel blanca, pecosos, ojos claros, todo eso es debido a la fuerte inmigración que sufrió el sur de Brasil de europeos.

Un par de días más tarde marchamos hacia la playa. El primo de Daniel nos dejaba las llaves de su apartamento en Balneario Camboriu, aunque antes tuvimos que hacer escala en Joinville para recogerlas. La parte de Joinville que vimos no tiene nada que destacar.

El mismo día a la noche llegamos a Balneario. Típico pueblo de playa de la costa explotada de España, tipo Benidorm, Noja, Platja d’Aro…es decir, edificios de apartamentos a pie de playa y millones de restaurantes tipo fast-food y tiendas. Nosotros tuvimos suerte, el tiempo nos acompañó, Daniel nos volvió a hacer caipirinhas mientras jugábamos al billar, sol, playa y buena compañía.

Como ya va siendo habitual en Alterio, siempre tiene algo que enseñar. Esta vez fue su costumbre más preciada, el “chimarrão” o sea el mate. Los gauchos (los habitantes del estado de Rio Grande do Sul) al igual que argentinos, uruguayos y paraguayos, toman mucho mate. Es curioso beber agua hirviendo en la playa a más de 30º y comprobar que la sensación no es desagradable. También hemos aprendido a prepararlo, con más o menos éxito.

Otra vez, gracias por todo Daniel. Que tus proyectos te permitan visitarnos bien pronto.

Han sido cinco días geniales para clausurar nuestra estada en Brasil. Argentina nos espera.