Estamos en la capital más alta del mundo, La Paz, a 3.660 m.s.n.m. Tiene, aproximadamente, 1,5 millones de habitantes y es la capital administrativa de Bolivia y donde se concentran los órganos de gobierno (la capital constitucional es Sucre) La primera imagen de La Paz impresiona, porque cuando llegas por tierra sí o sí tienes que entrar por El Alto, que es la ciudad que está pegada a La Paz y que, de hecho, se considera como parte de La Paz cuando se habla de la población de la capital. La Paz se encuentra en un valle incrustado dentro de un cañón que es donde está edificada la ciudad de El Alto. Así que, digamos que en el bus ves La Paz desde arriba y vas descendiendo por El Alto hasta llegar al centro.
El tráfico en La Paz es un caos |
No es una ciudad muy bonita, pero es indispensable porque alrededor de La Paz hay un trillón de cosas interesantes que ver y hacer, y es el punto de partida de todas ellas. La zona más interesante es en la que estamos alojados, es el centro histórico, también conocido como el barrio de los artesanos. Básicamente en tres calles, Linares, Sagarnaga y Santa Cruz, se concentra un ejército de tiendas de artesanías (sobre todo prendas de lana de alpaca y llama, y pendientes y colgantes en plata) y agencias de turismo para aburrir.
También, es interesante la intercesión entre las calles Linares y Santa Cruz porque allí se encuentra el Mercado de las Brujas. Más que interesante es divertido. Son tiendas plagadas de polvos mágicos y ungüentos varios con eslóganes fantásticos como: “para que el hombre caiga a tus pies”, “la viagra natural”, “millonario”, etc. Lo más asqueroso que venden son llamas disecadas. Os podemos asegurar que huelen mal y la gente las compra como ofrenda para la Pachamama.
El otro punto indispensable de La Paz es la Calle Jaén, que conserva las casas coloniales y tiene mucho encanto. En ella hay cuatro pequeños museos y algunas tiendas de artesanías, con productos diferentes que las típicas. En una de estas tiendas, la dueña (una extranjera) me contó que antes esta calle se conocía como la calle de los artistas, porque en ella vivían artistas bolivianos muy famosos.
Una de tantas manifestaciones que copan estos días las calles de La Paz |
Nosotros dedicamos los dos primeros días en exclusiva a mirar agencias, íbamos de una en otra comparando precios y servicios. Es para volverte loco. En Bolivia siempre tienes que regatear, da igual que vayas a comprarte unos guantes, como que busques habitación o quieras contratar un tour. Siempre se inventan los precios y no hay nada por escrito, así que tienes que tirar a la baja sí o sí.
Teníamos mucho que pensar, había varias excursiones que queríamos hacer, algunas los dos y otras solo Jordi, y teníamos que reservarlas para programarnos los días. Fue complicado porque nunca sabes si estás eligiendo bien o no; cada dos pasos hay una agencia y todas venden los mismos paquetes con precios similares. Creemos que elegimos bien, también nos dejamos guiar un poco por las críticas en Internet y algún que otro blog y, claro está, por la manera de vender de unos y otros. Os podemos decir que en total compramos cuatro excursiones-aventuras; dos solo para Jordi y dos en común. La Carretera de la Muerte en bici y la ascensión al Huayna Potosí (6.088 msnm) para Jordi; Tiwanaku y Las Pampas (Amazonas) para los dos.
El Dalí boliviano |
Como una cholita |
De momento solo os hablaremos de Tiwanaku. Es un yacimiento arqueológico situado a 70 km de La Paz, corresponde a la antigua civilización de los Tiwanaku que vivió entre el 1.500 a.c. y el 1.200 d.c., constituyendo una de las culturas más longevas de América del Sur. Tiwanaku, en lengua aimara, significa “los hijos del sol”. Para ellos, el dios Sol estaba representado en la tierra a través de los gobernadores, sacerdotes y sabios, que constituían el núcleo de poder.
Hay varias fases en la cultura Tiwanaku. La primera etapa es la aldeana, en la que el pueblo de los Tiwanaku desarrolló la agricultura, la plantación de patata y quinua. Crearon un sistema de irrigación que les permitía regar los cultivos incluso en la época de sequía. También, fabricaban leche a partir de la quinua, porque la leche de las llamas no es buena ya que es un animal que bebe muy poca agua y, por lo tanto, produce poca leche y de mala calidad.
Después, llegó la fase urbana (45 d.c.-700 d.c.), en la que comenzaron a construir. Y, por último, la fase de expansión, de conquista de nuevos territorios. Se cree que la ciudad alcanzó su población máxima con unos 30.000 habitantes, y que llegaron a extender su cultura hasta 600.000 km2. En el 1.200 d.c. la civilización de los Tiwuanaku colapsó, debido a que se dividió en diferentes culturas que se fueron separando entre sí. Los Incas nunca se solaparon con los Tiwuanaku, sin embargo, se dice que los Incas serían los herederos de los Tiwuanaku.
Toda nuestra visita fue guiada. Comenzamos con la visita al museo, donde se encuentra el Monolito Bennett o Pachamama, que es el más grande que se ha encontrado en Tiwuanaku, con más de 7 m de altura y 18 toneladas de peso. Lo más impresionante es que fue construido en un solo bloque. No tenemos fotos porque dentro del museo estaba prohibido usar la cámara. En el museo también vimos muchísimas vasijas, quemadores de incienso, herramientas de trabajo, etc. La otra cosa destacable es una momia de un sacerdote. Solo los gobernantes, sacerdotes y sabios eran momificados. Se les extraían los órganos para que las piernas cupieran dentro del cuerpo, de forma que el tamaño final era de 1,20 m de altura. La cabeza también se les tapaba, como si llevaran una capucha, de manera que la única parte del cuerpo que quedaba sin momificar era la cara. Se hacía así porque una vez al año abrían las tumbas para darles comida y bebida a las momias, así que tenían que tener la cara descubierta para poder ingerir los alimentos.
Entrada a la Pirámide de Akapana |
Los yacimientos de Tiwanaku consisten en los restos de los templos que albergaba la ciudad. Primero vimos la Pirámide de Akapana que, originalmente, tenía siete grandes escalones hasta llegar a la cima, donde había un templete en forma de cruz que servía para adorar al Sol. La puerta de entrada a la pirámide estaba custodiada por dos “hombres puma”. Actualmente, siguen las excavaciones para desenterrar los restos de Akapana. En la parte que mejor se ve, se pueden apreciar cinco de los siete escalones.
A continuación, visitamos el Templo de Kalasasaya que, en aimara, significa “templo de las piedras paradas”. Dentro de éste, se ubica el Monolito Fraile, de 3 m de altura. Los arqueólogos opinan que el sujeto representado debía ser sacerdote y gobernador, ya que en cada mano sujeta un elemento típico de poder de estos: la vasija para hacer ofrendas y el palo de gobernador. También se le llama “dios del agua”, porque en el cinturón y en los pies tiene motivos de cangrejos y peces; se supone que corresponde a la época en la que los Tiwanakus llegaron a la costa.
También, dentro de Kalasasaya, está el Monolito Ponce que mide 3 m y es, con diferencia, el mejor conservado de todos. El guía nos dijo que se lo quieren llevar dentro del museo para que el clima no lo estropee. Otra de las cosas que se conserva es una especie de camilla de piedra que utilizaban para hacer los sacrificios humanos, mutilaban a los criminales de brazos y piernas y después ofrecían estas extremidades al dios Sol. Por último, en el templo también está la Puerta del Sol.
Encontraron la Puerta del Sol partida en dos bloques |
Aquí efectuaban los sacrificios humanos |
Después visitamos el Templo Semisubterráneo, que es uno de los que están mejor conservados. Está a dos metros bajo tierra (aunque el techo es abierto) y las paredes interiores están adornadas con 175 cabezas. Como curiosidad, cuando comenzaron a hacer las primeras excavaciones, los arqueólogos creyeron que una de estas cabezas parecía la de un extraterrestre y concluyeron que los Tiwuanakus debían haber recibido la ayuda de los alienígenas para construir sus templos.
Las momias que os hemos comentado antes, de sabios, gobernadores y sacerdotes, se enterraban en Putuni, también llamado “el palacio de los sarcófagos”. El resto de la población se enterraba en la montaña. Aunque, hay una zona, junto a Akapana, en la que han desenterrado un total de 27 cadáveres, correspondientes a los humanos sacrificados, ya que les faltan las piernas y brazos. Creen que encontrarán más cuando sigan las excavaciones.
Tumbas de los poderosos |
Por último, visitamos el antiguo puerto de los Tiwuanaku, ya que, aunque ahora el Lago Titicaca esté a 20 km del yacimiento, en su día llegaba hasta la ciudad. Es lo que se llama Puma Punku, que es la zona que ha sufrido un mayor saqueo por parte de los Incas y, después, por la Colonia e incluso ya con la República.
En definitiva, Tiwanaku es interesante por su historia pero tenemos que admitir que el yacimiento nos decepcionó. Nos habían hablado mucho de este lugar y, quizás por eso, veníamos con las expectativas muy altas y no nos pareció tan espectacular. Esperamos no haberos aburrido mucho con la historia.
Para finalizar el post, vamos con una nueva anécdota, a este paso vamos a poder crear una nueva sección que sea “aventurillas en Bolivia”, porque en este país vamos a jugarreta por ciudad. El otro día quise ir a ver unos miradores que están en una zona de parques de la ciudad. Jordi no estaba porque había ido a hacer la Carretera de la Muerte. Por el camino me encontré con una chica chilena que iba al mismo sitio y nos pusimos a hablar. A todo esto eran las 10:30 am de un domingo, y los parques estaban llenos de chicos jugando al fútbol, o sea que no os penséis que me había ido al extrarradio. De repente aparece un hombre con pinta de mafias: chupa de cuero de los 90’, sello de oro, pelo engominado, vamos, todo un poema; y nos empieza a preguntar que si éramos turistas y que de qué país. A mí me olía raro así que le ignoré. La chilena contestó. Entonces el tío empieza a chillarnos que le tenemos que enseñar nuestros pasaportes y que si no nos lleva a comisaría y se saca del bolsillo un carnet de policía más falso que una moneda de dos caras. Casualmente, el día anterior habíamos leído en la Lonely Planet sobre este tipo de individuos y la descripción la clavan. Yo le digo que no le pienso enseñar nada porque él es un farsante, a lo que me responde con un “niña, ya no estás en tu país y aquí la ley soy yo”, y hace como que saca el móvil y se pone a llamar…a comisaría supuestamente. Yo, cansada de chorradas, me giro y me vuelvo por donde había venido. La chilena se quedó. A menos de 500 m me encuentro con un par de polis de verdad y les explico lo que ha pasado. ¿Qué creéis que hacen?, pues les daba pereza caminar los metros que nos separaban del impostor y me dicen “Pero, a lo mejor ya se ha marchado, ¿no?”, y yo contesto que no lo sé pero que la otra turista había mordido el anzuelo y seguro que estaba desembolsando 200 bs para que no le llevaran a comisaría. Pero nada, aquí los policías son más vagos que la chaqueta de un guardia.
Hola, que tal!!!
ResponderEliminarFeia dies que no haviem pogut entrar al blog, per problemes amb el nostre temps, cosa que sembla que vosaltres no teniu, segur que el factor temps el teniu relatibitzat molt.
Bé, les fotos de la vostra passejada per Bolivia, de moment només podem dir que la diversitat, l'espectacularitat i la diferència entre paisatges és evident, tornar a fer de paleta..... també haurà aestat bé, mai se sap!!!!, aprendre de la mina, és un mon diferent!! i .... la resta només cal mirar el blog. Ah!!! i el pastís segur que mai havia estat tant gran,
Ja veieu que de tant en tant pensem amb vosaltres,
PETONS!!! MOLTS PETONS!!!
"El Tiets de Vic"
Hola!!
ResponderEliminarSi la veritat es que trobavem a faltar els vostres comentaris. Si ja veieu que Bolivia és un altre món.
Encara que una mica tard també et felicitem desden aquí pel teu aniversari tieta i pel Sant del tiet.
A veure si millora el temps i ens seguiu.
Una abraçada enorme a tots!!!