jueves, 27 de octubre de 2011

de excursión a Tatajuba

Por fin libramos. Era nuestro primer día totalmente libre desde que estamos en Jericoacoara, así que decidimos hacer una excursión de aventura y sí la hubo, pero no ocurrió hasta el último momento. Éste es el resumen de nuestro día:
A las 9:30 nos ha pasado a recoger Julio, un buggero muy simpático, con su buggy amarillo que ha sido nuestro medio de transporte en el tour.

Antes de llegar a nuestro primer destino, nos hemos parado en una pousada a recoger a una pareja de Israel que estaban de Luna de Miel (tenemos nuestras dudas de si volverán juntos, la chica no se ha bajado del buggy en todo el viaje y eso que ha sido de 7 horas)

Nuestra primera parada ha sido en el Cavalo Marinho, una laguna donde, como su mismo nombre indica, se pueden ver caballitos de mar. Hemos subido en una balsa que te hace un recorrido de 15 minutos y hemos estado de suerte porque se han dejado ver unos cuantos caballitos de diversos colores.

A continuación, hemos subido con el buggy en una embarcación que sirve para cruzar al otro lado del lago y así llegar al Manglar Seco, una especie de bosque que ha crecido al irle ganando terreno al mar.




Al final del Manglar hemos seguido por un camino hasta toparnos con la Velha Tatajuba, una ciudad que quedó sepultada por las dunas y que tuvo que trasladarse entera a otro lugar, ahora llamado Nova Tatajuba. Si os fijáis bien en la foto se pueden ver los tejados de las casas sepultadas bajo la arena.
Velha Tatajuba

En este poblado Jordi ha hecho un nuevo amigo gritón.


Otra curiosidad del viaje ha sido ver dunas petrificadas ya que éstas siempre son por naturaleza móviles porque el viento las hace desplazarse. Hace más de 50 años que el mar no ocupa este territorio. La sal marina restante secó la arena impidiendo el movimiento de estas dunas y por esta razón han quedado petrificadas.

La ruta ha seguido hasta la Duna do Funil, que, como podéis ver en la foto, debe su nombre a su forma ya que “funil” significa “embudo” y que en época de lluvias queda totalmente llena de agua (ahora está más bien seca) Mucha gente aprovecha la visita para practicar sandboard debido a su elevada altura.

duna do funil


Y sin tregua hemos llegado a nuestro destino final, el Laguinho da Torta, un lago de agua dulce apropiado tanto para descansar como para practicar deportes acuáticos debido al fuerte viento de la zona.

Hasta aquí todo correcto. La vuelta a Jeri ha sido una odisea. Para comenzar, lo que tenían que ser 2 horas en este lago se han convertido en 3, los buggeros han creído conveniente esperar un poco más por la marea que no dejaba los pasos libres. Y han dado en el clavo, hoy la marea estaba alta de narices. Tres veces nos hemos quedado esperando a que bajara la marea o que un grupo de niños con sus embarcaciones nos cruzaran de un lado al otro de los pasos de agua. No ha sido nada divertido ver cómo a los 2 buggys anteriores al nuestro la corriente de agua se los llevaba hasta mar abierto. Más tarde han aparecido, podéis estar tranquilos. La vuelta se ha hecho eterna, especialmente por el fuerte viento que nos golpeaba con la arena en la cara. Suerte de los israelitas, que nos han prestado unos pañuelos y nos han enseñado a atárnoslos a la cabeza. Aunque, pese a todo, la experiencia de ir en buggy ha sido divertida.

Niño balsero
Al salir de clase

un

dos
tres

2 comentarios:

Alex dijo...

q pasadaa!!! eso de las hamacas en el agua teneis q exportarlo! q lujazo!! la duna esa gigante impresiona un montón!! se ve q lo estais pasando geniaaal!! Un bikiño enorme!!
Cuidaros mucho y a seguir así de bien ;)

cintia dijo...

Alucinanteee!!! tengo los dientes largos..yo también quieroo!jo, me alegro un montón por vosotros!!
A cuidarse mucho y a disfrutar =)