el blog

sábado, 17 de noviembre de 2012

visitbarcelonabilbao


Sabemos que la vuelta a casa ha hecho que reduzcamos el número de post publicados y que los nuevos relatos no atraen tanto la atención de nuestros queridos lectores como aquellos acerca de todos los países desconocidos que hemos recorrido juntos gracias a vuestra participación. Sin embargo, esto no significa que hayamos dejado de lado el mundo de los viajes, todo lo contrario, lo que pasa es que ahora hacemos un trabajo mucho menos visible.

Lo que sí que podemos adelantaros es que estamos más que ilusionados con el proyecto del que hemos pasado a formar parte:  www.visitbarcelonabilbao.com .Y os preguntaréis, ¿qué pintamos nosotros aquí? Pues somos los responsables de abrir el mercado a Suramérica, aprovechando que hemos pasado nuestro último año en este querido continente.

La agencia se dedica a la venta de paquetes turísticos para conocer Barcelona y Bilbao, dos ciudades alucinantes de nuestro país que destacan por su gastronomía y arquitectura. Una propuesta alternativa de visitar  estas dos urbes tan cosmopolitas, de forma conjunta o individual, montados en bici, a pie, de bar en bar, rastreando su arquitectura o, por qué no, acudiendo al Camp Nou para ver un partido del Barça. Incluso tenemos viajes especiales para grupos de 8 personas o más.

Os dejamos nuestros e-mails por si queréis más información sobre los paquetes turísticos o para cualquier tema de carácter comercial.


viernes, 2 de noviembre de 2012

a buscar setas

Sabemos que nuestro blog es de viajes, pero en el post de hoy no hablaremos de una gran ciudad ni de un destino turístico que salga en las guías de viaje. No podíamos dejar pasar la oportunidad de hablaros de un viaje a…el monte y al fascinante mundo de las setas.


Ha sido una semana agotadora para nuestras piernas, al final hemos ido tres de los cinco días laborables que tiene la semana a buscarlas. El balance… ¡más que positivo!!


A nosotros, al contrario que el resto de mortales que van a buscar “bolets", no nos importa decir el sitio exacto donde vamos "de caza", lo confesamos, hemos ido al bosque. Hay algunos que van al mercado y otros al supermercado pero a nosotros nos gusta ir a por ellas, visitarlas en sus casas y eso que está tan de moda ahora, desalojarlas de su hábitat.

Suena mal y lo sabemos, pero ¿quién dijo que la vida de las setas fuera fácil?


Levantarte temprano o no, coger la cesta, el bastón, algún que otro tentempié y el famoso cuchillo. ¿Cuándo van a ponerse de acuerdo en si es mejor cortarla la pata o arrancarla de raíz?

En fin, nos encanta coger “rovellons i pinenques” aquí en Catalunya, níscalos en Castilla y las “brumoses o llanegues”, es decir, las pardillas. Conocemos algunas otras pero los níscalos son las que más te aportan, se esconden pero se encuentran, son de distintos tamaños y colores pero bonitas, algunas solitarias, otras más sociables que viven en grupo...sea como sea nunca hay que confundirlas con las “lleteroles”, que aparentemente son exactas pero al  girarlas puedes comprobar que les sale una leche blanca de debajo del sombrero.


Es otra formar de viajar, a lo mejor más personal, más individual, solo tú y el bosque. Pasear entre los árboles, respirar el aire limpio, pelearte con esa rama que te impide el camino por el que crees que obtendrás el trofeo y finalmente llega la recompensa… Allí está ella, escondida, húmeda y miedosa. ¡Por fin eres mía!


Ir a buscar setas tiene grandes beneficios; haces ejercicio, respiras aire puro, puedes disfrutar un rato de buena compañía y solo se nos ocurre un inconveniente, que al cerrar los ojos cuando te vas a dormir solo ves setas de todos las formas y colores.


En fin, los que conocéis este mundillo ya sabéis de lo que hablamos. Al resto os invitamos a adentraros en el fabuloso universo de las setas. Eso sí, los que no tengáis ni idea id con alguien que sepa o al menos enseñar vuestro tesoro a algún entendido, no vaya a ser que empecéis a ver dragones azules o, peor aún, que sea el último alimento que os llevéis a la boca. Por si acaso os adelantamos un consejo, si encontráis una que tiene un parecido asombroso con esa en la que se sentaba David el Gnomo ¡no la cojáis!, sabemos que es preciosa pero promete que acabaréis en una caja y bajo tierra antes de lo deseado.