De vuelta en Mendoza, en casa de Patricia, la madre de Gonzalo. Tan solo nos hemos quedado tres días en esta ciudad, cuatro si contamos el que pasamos antes de irnos a Chile.
Mención especial a la familia Zamorano-Rodríguez y a su líder Gonzalo. Es raro tener que conocer a este tipo de personas a más de 10.000 km de tu casa cuando has estado conviviendo con ellos durante más de un año. Nos han abierto las puertas de su casa como si fuéramos un hermano más, nos han cocinado asado de maravilla (lo morfamos todo), nos han llevado de paseo, hemos tenido charlas buenísimas y hemos tomado mucho mucho fernet, les vaciamos las botellas!!
Gonzalo e Ingrid nos vemos por Argentina, Barcelona o Dubai!!! Un abrazo.
De la ciudad nos sorprendió ver que no tenía casi ningún edificio con más de tres plantas de altura, ya que sufrió muchos terremotos y supondría un alto riesgo de derrumbe. Otra cosa es que el sistema de riego de la ciudad funciona con acequias, una especia de alcantarillado abierto que viene de las montañas y que transcurre por todas las calles para regar árboles y zonas de césped. O sea, que siempre para llegar a la acera desde la carretera tienes que dar un salto o pasar por una especie de puentes.
Aprovecharemos la foto siguiente para hacer un alto en el camino y explicar un poco de historia de Argentina y en especial de San Martín.
El nombre de Argentina viene del mineral que se encontró en las montañas de la zona, “l’argent” en catalá o plata en castellano, de allí que le sigan llamando “la plata” al dinero o que existan lugares como Mar del Plata.
Si vais a Argentina lo primero de lo que os daréis cuenta es que toda la imaginación que tienen a la hora de crear publicidad no la sacaron de la formar de crear sus ciudades y sus calles. Puedes cambiar mil veces de ciudad pero los nombres siempre serán los mismos. Tienen la plaza principal, siempre llamada Independencia o 9 de Julio y una avenida, calle o plazuela llamada San Martín o Libertador. Éste personaje histórico llamado José de San Martin o Libertador es el que se dedicó a echar a los españoles de varios países de América del Sur. Hay varias versiones de la realidad, nos han dicho que el pavo era un fenómeno y que se dedicó a luchar en todas las batallas. La otra versión es que el tío era un listo pero cobarde y mandaba a sus generales a que se las arreglaran y que la única batalla en la que estuvo fue la nombrada batalla más corta de la historia y que encima se cayó del caballo y fue un tal Cabrales quién le salvo la vida, hay una canción del suceso muy típica en Argentina.
La razón por la que se le da más importancia a San Martín que a otros muchos combatientes por la independencia del país, es porque él era militar y cuando pusieron nombres a las calles existía una dictadura militar y les era mucho más conveniente nombrar santo a un militar que no a un abogado, como era el caso de Belgrano que luchó en varias batallas, al frente de todas y que además fue el creador de la actual bandera.
Otra cosa muy interesante, y última, para no llenaros demasiado la cabeza es que en la mayoría de ciudades las calles cambian de nombre a partir de cierto punto, sin ningún motivo la ficticia calle asado pasa a llamarse calle buenísimo, seguiremos investigando para dejar claro este agujero negro que tenemos.
El encanto de Mendoza reside en que concentra el 80% de los viñedos de Argentina, tierra árida, clima seco, soleado y terriblemente caluroso con una media de 35º a la sombra. Los vinos son el punto fuerte y mayor atractivo turístico de la ciudad. Nosotros escogimos hacer una de las rutas más famosas, la de Maipú en bicicleta. Es simple, tomas un “colectivo” (autobús urbano) que te lleva hasta Maipú (a las afueras de la ciudad) por tan solo 1,80AR$, donde se concentran algunas de las principales bodegas de Mendoza. Una vez allí, alquilas una bici en alguna de las agencias que se encuentran en la calle principal y ¡en marcha! Por 35 AR$ tienes una bici durante todo el día. En la misma agencia te proporcionan un mapa con la ruta y todas las bodegas que puedes visitar, algunas de ellas gratuitas y otras no.
Visitamos un total de cinco bodegas, desde las 11:30 hasta las 18:30: La Rural, López, Trapiche, Familia Di Tommaso y, por último, Vistandes. En todas ellas nos hicieron un tour guiado, de media unos 40 minutos de explicación, y una degustación final de algunos de sus vinos. Probamos vinos de todas las variedades de uva que utilizan en Mendoza: Malbec, Marlet, Cabernet Sauvignon, Bonarda, Pinot Noir, Torrontés, Syrah, algunos muy buenos y otros flojillos tirando a malos. Lo bueno es que aprendimos muchas cosas, desde cómo se elaboraban los vinos en la antigüedad, las variedades de plantación de los viñedos y sus formas de riego, el proceso actual desde la cosecha al embotellado, y hasta los trucos básicos para degustar un vino. Ahora sabemos que los vinos ganan en intensidad y sabor dependiendo del tiempo de maceración y de la calidad de la barrica donde ésta se produce. Los toneles de mayor calidad, y también los más utilizados, son los de roble francés. Se ve que también utilizan muchos de roble estadounidense, pero el tipo de uva también influye en la decisión de macerarlos en una variedad de cuba u otra puesto que los aromas y sabores que proporcionan las maderas son muy diferentes.
Un pequeño truco es que el vino blanco no se hace con uva verde y el tinto con uva negra, sino que depende del tiempo que la piel de la uva esté macerando con el jugo de la uva, digamos que es la piel la que lleva el colorante.
El broche final de Mendoza lo pusimos el sábado por la noche, cuando la hermana Fabiana y su novio Cristian nos llevaron de fiesta a un boliche (discoteca) Noche de cumbia para despedir la tierra de los vinos. Quedamos alucinados de lo arregladas y guapas que son ellas en comparación con los machos argentinos, jeje!!!
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