Inauguramos
una nueva sección en el blog, “escapadas”. Nos resistimos a dejar de escribir
aunque hayamos finalizado oficialmente nuestra aventura porque ¿quién nos dice
que no podamos seguir viajando a otro nivel? Queremos escaparnos siempre que
podamos, aunque sea a unos pocos kilómetros de casa y solo por unas horas, el
caso es seguir descubriendo nuevos paisajes, caras y sabores. Y, lo más
importante, queremos compartirlo con vosotros.
Segovia ha sido nuestra primera escapada
desde que volvimos. ¿Por qué?, porque estábamos en Burgos y teníamos que escoger algún lugar que quedara a unos 200 km
de distancia para poderlo disfrutar en un día sin prisas. Barajamos varios
nombres…Salamanca, Valladolid, Santander,
pero Segovia salió ganadora porque a
Jordi le apetecía y yo, la burgalesa, era la única ciudad de Castilla y León que no conocía y con 28
años ya iba siendo hora.
En
1985, el casco antiguo de Segovia y
su acueducto fueron declarados Patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO. La
verdad es que se lo merece, es una ciudad bien chiquita, te la puedes patear de
cabo a rabo en pocas horas, pero concentra gran belleza monumental en esas
pocas calles empedradas.
Nada
más llegar te recibe el Acueducto, el
símbolo de la ciudad que con sus imponentes 167 arcos de piedra granítica marca
la entrada al centro histórico. Justo al cruzar el Acueducto está la oficina de información turística donde te puedes
hacer con un mapa y de paso informarte un poco sobre los monumentos más
importantes de Segovia. Así
descubrimos que no se sabe a ciencia cierta cuándo se construyó el Acueducto
pero las hipótesis apuntan a finales del siglo I o principios del s. II.; esto
no impide que encabece la lista de las mejores obras de ingeniería civil romana
en España.
Seguimos
con nuestro recorrido…la Iglesia de San
Martín, la Casa de los Picos y,
cómo no, la Catedral en la Plaza Mayor. Pero si sigues caminando un
poquito más llegas al segundo plato fuerte de Segovia (después del Acueducto),
el Alcázar, un palacio que ha sido
residencia, entre otros, de los Reyes Católicos. No sabemos si por dentro será
tan bonito como por fuera porque nos quedamos en las puertas pero el entorno es
genial y el paseo mereció la pena. Tuvimos la suerte de enganchar un día de sol
y calor, así que nos sentamos en un banquito enfrente del palacete y…
¡sorpresa!, encontramos tiradas en el suelo dos entradas para la Catedral.
Para
sacar partido al regalo volvimos a la Catedral
y esta vez la visitamos por dentro. Es la última catedral gótica que se
construyó en España, se inició en el
1525. La verdad es que no hicimos demasiado caso al museo porque los que nos
conocéis ya sabéis que somos más de patear al aire libre que de liarnos a ver
códices y armas antiguas…de todos modos, los claustros son bonitos pero no
hubiéramos pagado los 3€ de entrada porque no nos parece muy lógico esto de
tener que pagar para ver iglesias.
Había
que reponer fuerzas y qué mejor que con un menú típico segoviano. Para comenzar
judiones con almejas y de segundo…obvio, cochinillo asado, para chuparse los
dedos.
Acabamos
la visita a Segovia paseando por las
calles de la judería y viendo el Acueducto
desde la altura para poder sacar muchas más fotos desde otra perspectiva
que la que habíamos tenido al llegar a la ciudad.
Abandonamos
Segovia pero no para irnos muy lejos,
8 km más nos separaban de nuestra siguiente parada, la Granja de San Ildefonso. Otro palacio real que no pudimos visitar
porque era lunes y estaba cerrado, pero sí que disfrutamos de sus famosos
jardines. Los jardines fueron el antojo de Felipe V, que no quería ser menos
que su abuelo Luis XIV y quiso imitar la grandiosidad de Versalles. Están muy bien conservados y son una clara muestra de la
ostentación de la que hacían gala los Borbones: acumulación de fuentes,
estatuas de mármol blanco y jarrones del s. XVIII. Lástima que las fuentes solo
las encienden en contadas ocasiones y apagadas no resultan tan llamativas.
Con
esta entrada damos por abierta la nueva sección, ahora sólo falta disponer de
tiempo para seguir recorriendo ciudades del viejo continente.
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