Para llegar a nuestro destino, Ouro Preto, tuvimos que hacer noche en Belo Horizonte. No hay mucho que decir de esta ciudad, es la tercera más grande de Brasil pero no destaca por nada en especial, es una ciudad muy nueva y limpia, pero nada turística.
Siguiendo con la culturilla general, hemos saltado de la tierra de los diamantes a la tierra del oro. Imaginaos la cara de pasmaos que se les quedó a los bandeirantes cuando después de arrasar por los territorios de la Chapada siguieron avanzando hacía Minas Gerais y se toparon con montañas repletas de oro. El interior de Brasil resultó ser una fuente inesperada de riqueza pero esto también trajo la esclavitud a la zona.
La extracción de oro suponía que una quinta parte se mandará a la corona portuguesa y por eso llegaron la revoluciones de los habitantes de la zona hasta conseguir la liberación.
Ouro preto destaca por la gran cantidad de iglesias y el estilo barroco de sus casas. Imaginaos lo importante que fue que tenía más de 10 iglesias: para los esclavos, los negros, la gente burócrata, la clase media…
A nosotros nos ha gustado mucho pero lo mejor ha sido la experiencia que hemos tenido de couchsurfing…pero esto lo contaremos en el próximo post!!!
1 comentario:
Yo estuve en Ouro Preto hace unos años. Es un sitio precioso, disfrutad! Un beso
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