Si vas a Arequipa no puedes saltarte la excursión al Cañón del Colca, es uno de los mayores atractivos turísticos de Perú y el mejor lugar para ver volar al cóndor de los andes. Además de ser uno del los cañones más profundos del mundo, casi 3.500m de profundidad. Colca proviene de “Collaguas” y “Cabanas”, que eran las dos etnias que habitaban a lo largo del Río Colca. Antiguamente, estas etnias para diferenciarse deformaban la cabeza de los bebés de manera que a unos les quedaba con forma casi de cono y a los otros el cráneo plano. Con la llegada de los españoles tuvieron que abandonar esta costumbre, ya que les acusaron de satánicos, así que para diferenciarse diseñaron dos modelos de sombrero que perduran hasta ahora.
El Cañón está ubicado en la provincia de Arequipa, a unas cuatro horas de la ciudad. Hay varias opciones para visitarlo, nosotros escogimos hacer un trekking de tres días. El inconveniente fue que el primer día nos pasaron a buscar a las tres de la madrugada para así llegar a desayunar a Chivay, que es la primera población del Valle del Colca. Este pueblo es la entrada para todas las excursiones al Colca y el punto donde te hacen pagar el ticket turístico, 70 soles para los extranjeros. Después de llenarnos la tripa seguimos una horita más de micro hasta llegar a la Cruz del Cóndor, que es el famoso mirador para ver volar a los cóndores de los andes. Lo cierto es que estos animales son fabulosos. Tuvimos suerte y vimos a unos seis en acción. Son demasiado pesados para mover las alas, por lo que vuelan aprovechando las corrientes de aire. Algunos de ellos llegan a medir 3 metros. Nuestro guía, Pablito, nos explicó que, parte del dinero que pagamos por la entrada turística, el gobierno lo invierte en preservar la vida de esta especie, ya que hasta hace poco se encontraba en peligro de extinción. Los cóndores son carroñeros, es decir, no cazan como las águilas sino que se alimentan de animales ya muertos. Lo que hace el gobierno es darles presas muertas para que puedan sobrevivir.
Las crías de cóndor son marrones |
De adultos son negros con el cuello blanco |
Después del mirador comenzamos nuestro primer trekking, unas cuatro horas de descenso hasta llegar a San Juan de Chuchos, el pueblecito donde pasaríamos nuestra primera noche. Se supone que era el día de caminata más sencillo, ya que solo había que descender, pero ya se sabe que las rodillas sufren con las bajadas. Nos hizo una mañana preciosa pero por la tarde no paró de llover. Jordi tuvo suerte y nuestro grupo durmió en el único alojamiento del pueblo que tenía tele y pudo ver el Barça-Milan. Para matar el resto de horas hicimos una sesión continua de juegos de cartas con nuestros compañeros. Esta vez nos fue mejor que en Las Pampas y formamos un grupo muy majo, dos alemanas jovencísimas, una inglesa, un suizo y un hombre inglés ya jubilado. Maratón de juegos internacionales hasta la cena.
El segundo día amaneció despejado. Desayunamos y partimos a hacer un nuevo trekking de otras cuatro horitas. Fue mucho más relajado que el día anterior porque atravesamos varias poblaciones y también más dinámico, porque íbamos subiendo, bajando y a ratos caminando por plano. Pablito, nuestro guía, nos iba explicando por el camino acerca de las plantas que encontrábamos. Así, descubrimos la cochinilla, que se crea en los higos chungos, que son una especie de cactus muy común en el Colca. La cochinilla es un parásito de color blanco que cuando la aplastas desprende un color rojo intenso, por lo que es muy valiosa para las empresas cosméticas, sobre todo para producir barras de labios. Durante el camino también probamos por primera vez la tuna, una fruta del cactus muy abundante en el Cañón que es muy sabrosa.
La cochinilla en el higo chungo |
Cochinilla aplastada |
Nuestro destino final del segundo día fue un lugar que se conoce popularmente como “el Oasis”, aunque el nombre real del pueblo es Sangalle. Esta población está situada en la parte más profunda del Cañón y es espectacular. Son diferentes hospedajes, todos con piscinas y vegetación frondosa. Nosotros nos quedamos en un lodge llamado “Paraíso” que hacía justicia a su nombre. Una piscina con piedras naturales, cabañas de madera, palmeras, hamacas y campo de volley y fútbol. El tiempo se portó, nos dejó una horita de sol para podernos bañar en la piscina y luego rompió a llover. Esta vez no hubo cartas pero sí tarde de charla con el suizo y la inglesa. La parte divertida fue ver cómo el grupo de una agencia tenía que acampar en el jardín cuando habían pagado por el tour seis veces más que nosotros, mientras que nuestro grupo dormíamos en cabañas con camas confortables, limpias y cálidas. Incluso teníamos habitación privada con cama de matrimonio.
lo de abajo es Sangalle, "el Oasis" |
Esa noche dormimos poquito porque a las cinco de la mañana iniciábamos nuestro tercer y último trekking. Que, ¿por qué el madrugón?, porque nos esperaba un largo e intenso ascenso hasta llegar a Cobanaconde, el último pueblo del Cañón del Colca y no es muy buena idea hacerlo con sol y calor. Nosotros tardamos dos horas y media en llegar hasta la cima, unos pocos tardaron menos y los que más llegaron en tres horas y media. El paisaje increíble, realmente espectacular, merece y mucho la pena sudar un poco pero ascender a pie. En total fueron 28 km en tres días.
el camino en zig zag que nos esperaba |
la opción fácil y cara: en mula |
Ya nos quedaba poco por hacer, un desayuno en Cabanaconde con huevos fritos y regresar en micro hasta Chivay, haciendo un par de paradas por el camino, en un mirador y en Maca, otra pequeña población. Después de comer en Chivay, regresamos a Arequipa. Cansados pero muy felices, un nuevo paisaje que archivar en nuestra memoria.
El Colca está más de actualidad que nunca entre los peruanos aunque la causa es una tragedia. En Semana Santa se cumplió el aniversario de la muerte de Ciro Castillo, un veinteañero que el año pasado se fue a hacer trekking con su novia al Colca y no volvió nunca. Se supone que quisieron salirse de los caminos marcados y se perdieron; a la novia la encontraron después de varios días desorientada y deshidratada, pero no estaba Ciro. Ella ha mantenido una actitud sospechosa desde entonces, porque no daba ninguna explicación de lo ocurrido e incluso parecía que no le importara donde pudiera estar su novio. Pasaron varios meses hasta que encontraron el cadáver de Ciro, que parece que se despeñó por un precipicio, aunque muchos piensan que ella fue la que lo empujó. Hoy en día siguen las investigaciones. Ciro se ha convertido en una especie de héroe en el Colca.
foto de grupo en la cumbre |
2 comentarios:
Acabo de descubrir vuestro blog y me parece genial el viaje que estaís haciendo. A partir de ahora no me pierdo ni un capitulo, ya he estado leyendo los anteriores. Nosotros tenemos una idea de hacer un viaje parecido, pero aun nos quedan unos años. Muchos ánimos en vustros camino y a seguir disfrutando. Un saludo.
Muchas gracias Mafi, nos encanta que gente nueva nos descubra, nos siga y que le guste lo que publicamos. Animaros a viajar que es la mejor experiencia de la vida.
Un saludo
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