viernes, 3 de agosto de 2012

entre Canadá y USA



Vistas las cataratas del Niagara seguimos sumando kilómetros hasta cruzar la frontera con EE.UU. por Sarnia. La fama que tienen los estadounidenses de pesaditos se la ganan a pulso, en ninguna frontera de las que hemos atravesado hasta el momento (y mira que llevamos unas cuantas) nos habían hecho tantas preguntas. Que por qué vas a USA, la razón por la que no tenemos reservados los alojamientos, cuánto dinero llevas, que si nos han denegado alguna vez la entrada al país y un sinfín de tonterías más edulcoradas con la cara de pocos amigos de la poli de turno y su tono de “me encantaría tener una razón para no dejarte pasar”. Eso sí, mucha preguntita pero poco control real, se supone que no puedes atravesar la frontera con alimentos ni bebidas alcohólicas y nosotros llevábamos encima una botella de ron y tabaco de Cuba, café de Colombia y frutos secos, chocolatinas, cereales y  algún que otro alimento más.



Media hora más tarde estábamos en el estado de Michigan y con rumbo al de Illinois, en concreto a la ciudad de los gánster, Chicago. Pero para eso aún nos quedaban muchas millas que recorrer. Cuando cruzamos la frontera eran las 9 de la noche así que teníamos que hacer noche por el camino. La idea era encontrar un motel de carretera baratillo y así descansar hasta la mañana siguiente. Para las 12 pm nos habíamos cansado de buscar porque todos los que pasamos costaban como mínimo 60 $ la noche por persona, aunque nos llegaron a pedir hasta 100 $ y eso que eran alojamientos en mitad de la nada. Solución, primera noche durmiendo en el coche. Buscamos un aparcamiento seguro, el de un hotel y allí nos quedamos. No fue tan malo, hemos pasado noches mucho peores en los buses, de hecho hasta las 9:30 am no nos despertamos así que reto superado, ya tenemos una nueva experiencia para la colección.


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