Dos
noches en Memphis fueron suficientes,
recuperamos fuerzas para seguir haciendo kilómetros. Esta vez nos tocaba un
viajecito corto de solo un par de horitas.
Little Rock era nuestra opción para pasar la siguiente noche. Volvimos a
encontrar un excelente CS en esta limpia, pequeña y aburrida ciudad, que es
conocida porque los Clinton
estudiaron aquí de jóvenes.
La
idea era pasar la noche en esta ciudad y así al día siguiente el viaje a Dallas se nos reducía un poquito, de
ocho horas pasaba a menos de seis.
Sí,
lo sabemos, volvimos a cambiar de planes, la auténtica Ruta 66 la teníamos que coger en Oklahoma y de allí seguir para el oeste, pero muchas
recomendaciones nos hicieron cambiar de idea y seguir hacía el sur rumbo Dallas y Austin y de allí volver a subir e ir a buscar la Ruta 66 en Alburquerque.
De
camino a Dallas paramos en Hot Springs, no tenemos ni una foto así
que imaginaos lo que es, pero queremos mencionarlo porque es/era el lugar de
veraneo de muchos famosos, entre ellos los Clinton.
De
momento el estado de Texas no es más
que vacas, granjas, restaurantes de barbacoas y calor, infinito calor.
Y
llegamos a Dallas, la ciudad del
lujo. Queríamos venir a ver si veíamos a JR,
pero la casa a la que llegamos nos cautivó tanto que apenas salimos a visitar
la ciudad. Por lo que vimos es como el resto de ciudades de EE.UU., edificios altos y carreteras por
las que circulan sus grandes coches pero carente de encanto.
No
nos podíamos creer nuestra suerte, fuimos a dar con un ricachón treintañero que
nos dejó su “casita” para nosotros solitos. En buena zona, con piscina, dos
habitaciones con camas extra grandes, dos salones…vaya, la típica casa de American Pie. Apareció cinco minutos
para saludarnos y contarnos que él está viviendo en otra casa que tiene y que
nos pusiéramos cómodos…¡seguimos su consejo al pie de la letra!
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