Grand Canyon National Park

Arizona era desde el inicio del viaje por USA un estado clave en nuestro itinerario, básicamente porque aquí se encuentra el Grand Canyon. Escogimos Flagstaff como ciudad dormitorio porque está a tan solo una hora del parque y además conseguimos casa con couchsurfing para un par de noches.

El Congreso de los Estados Unidos estableció el Grand Canyon como parque nacional en 1919 y la ONU lo ha declarado Patrimonio de la Humanidad. Se le suele describir como la mayor exhibición geológica de la tierra por sus inmensas dimensiones de profundidad, ancho y longitud. El Grand Canyon es el cañón por el cual se miden todos los otros cañones.

los tres cañones

La organización dentro del Grand Canyon National Park es excelente, suponemos que la necesaria para administrar los 4,5 millones de visitantes que recibe anualmente. El precio de entrada es de 25$ por coche. Nosotros llegamos a eso de las 10:30 am y aparcamos en el Grand Canyon Visitor Center, que es el primer parking que encuentras al entrar en el parque y es donde se encuentra el punto de información y el punto central desde el que parten todos los buses internos.

Tienen mapas y folletos explicativos en todos los idiomas y el personal es encantador. Dentro del parque hay cuatro rutas de bus diferenciadas con colores, son totalmente gratuitas y te permiten recorrer todo el parque de este a oeste. La línea roja y la amarilla son las que paran en todos los miradores de interés del Grand Canyon, mientras que la azul hace de lanzadera entre las otras dos rutas y comunica todos los hoteles, zonas de acampada, restaurantes y supermercados. Por último hay otra línea de color violeta que solo funciona en verano y comunica el Visitor Center con la comunidad de Tusayan.

y siempre estamos al pie del cañón

Nosotros comenzamos con la línea roja, también llamada Hermits Rest Route, tiene 11 km y hay paradas en ocho miradores del cañón. Si no te bajas el viaje duraría unos 75 min pero eso no tiene ningún sentido, así que entre pitos y flautas nosotros dedicamos unas cuatro horas a este recorrido que recoge el sector oeste del Grand Canyon. Los mejores miradores son los de Powell Point, Hopi Point y Pima Point. No es necesario hacer todo el trayecto en bus ya que la distancia entre los miradores va desde unos 0,5 a  3 km, nosotros caminamos entre varios de ellos y es muy recomendable porque consigues algunas vistas increíbles y disfrutas mucho más del paisaje.

La verdad es que el Grand Canyon te deja sin aliento, es tan inmenso y los colores son tan intensos y variados que no sabes ni donde fijar la vista. Todos hemos visto millones de fotos del famoso cañón pero verlo en directo es impagable. Al parecer muchos otros españoles piensan como nosotros porque llegamos a pensar que nos habíamos equivocado de país, ¡somos una plaga! Aunque los italianos y franceses tampoco se quedan cortos, entre las tres nacionalidades debíamos suponer el 60% de las visitas del día.

Volvimos al Visitor Center a eso de las 3pm y nos tomamos una horita de descanso para comer. Aquí llega la anécdota del día, una familia que comía en una mesa junto a la nuestra nos debió ver con cara de hambre y nos regaló dos sándwiches riquísimos y dos bolsas de patatas Lays. La verdad es que si algo hay que decir de los estadounidenses es que en general son súper amables y mucho más sociables que los europeos.

Después nosotros nos fuimos a caminar hasta Mather Point, un mirador muy cercano al Visitor Center pero con unas vistas espectaculares y dejamos a Chris durmiendo en el coche porque estaba cansado. Jordi fue el hombre más feliz del parque porque encontró un saliente accesible y se pudo sacar la foto al borde del abismo. Yo preferí quedarme en la zona segura haciendo de fotógrafa.

A las 5pm tomamos el bus de la línea amarilla, la Kaibab/Rim Route, para llegar al sector este. Al principio pensamos que nuestros planes se iban a pique por la lluvia ya que la idea era ver la puesta del sol desde uno de los miradores de esta zona porque aparentemente no están tan concurridos como los de la línea roja. Pero el agua nos dio tregua y para cuando llegamos a Yaki Point, el mirador más alejado, ya había escampado.

Al sur del Yaki Point tomamos un sendero llamado South Kaibab Trail que es muy empinado y termina el descenso en el río Colorado, si haces la caminata completa te lleva como unas seis horas. Obvio que no teníamos tiempo para tanto pero sí que llegamos hasta el primer punto de interés, el Ooh Aah Point. Sencillamente alucinante, las mejores vistas del día con diferencia. Además, llegamos en el mejor momento del día, cuando el sol comienza a ponerse y la luz sobre el cañón es espectacular.

Cuando ascendíamos de nuevo presenciamos la preciosa puesta del sol y ¡prácticamente solos! Mientras esperábamos al bus para regresar a por el coche una familia de ciervos nos vino a saludar, así que tuvimos la combinación perfecta de paisaje y fauna.

Fue un día redondo, nos fuimos a dormir cansados y con la satisfacción de saber que finalmente había valido la pena las millas recorridas, el Grand Canyon sí hace honor a su nombre.