en territorio Che Guevara

Nuestra siguiente parada fue Santa Clara, en la región de Villa Clara. Nos habían advertido que el único atractivo de esta ciudad era el Monumento al Che y que visto éste ya podíamos marchar porque no había más que hacer. No nos mintieron.

Llegamos a Santa Clara a las 11 am y para las 13:30 pm ya habíamos acabado de recorrerla. El Monumento Ernesto Che Guevara es la visita obligada; lo mejor que tiene es que es gratis porque sinceramente no es para tanto. Habíamos leído que era muy impresionante, que te emocionaba, pues o nosotros somos de piedra o exageran. Se trata de un gran recinto donde lo principal es la gran estatua del Che, erigida en 1987 para conmemorar los 20 años de la muerte de Guevara. Rodeándola hay diversos murales que escenifican episodios de la guerrilla y algunos escritos, entre ellos la carta de despedida del Che a Fidel cuando se fue al Congo.

De ahí pasas a visitar el museo, que básicamente es una recopilación de objetos que pertenecieron al Che y que había usado durante la guerrilla, su uniforme, cantimplora, fusil, instrumentos médicos… y un montón de fotos del protagonista en tamaño gigante.

Por último puedes entrar al mausoleo donde hay 38 nichos de los guerrilleros que murieron en la fallida revolución de Bolivia. Además, también está la llama eterna que inauguró Fidel en el 97.

Según la Lonely Planet, para llegar hasta este monumento lo mejor es coger una mototaxi desde el centro por 1CUC, porque en teoría hay 2 km de distancia. Os aseguramos que son 15 min a pie desde el Parque Vidal.

El otro atractivo turístico de la ciudad es el monumento a la toma del tren blindado, que sirve como homenaje a la batalla del 29 de diciembre de 1958, cuando 18 hombres comandados por el Che Guevara y equipados solo con rifles y granadas asaltaron este tren blindado, formado por 22 vagones y ocupado por 350 hombres armados de las tropas de Batista. Lo increíble es que consiguieron la victoria en tan solo 90 min. El monumento en sí no vale nada, quedan como siete vagones originales del tren que en teoría contienen una exposición relativa a la batalla, pero deja bastante que desear. Se supone que la entrada cuesta 1 CUC pero afortunadamente nosotros no pagamos y nadie vino a reclamarnos.

Si caminas cuatro cuadras más desde el monumento al tren blindado te encuentras con otra estatua del Che, esta vez con un niño en brazos.

Ya solo queda pasear por el centro, el Parque Vidal y ver el Hotel Santa Clara Libre, donde quedan los agujeros de las balas de cuando la guerrilla atacó a las tropas de Batista que se refugiaban en este hotel.

No os penséis que hayamos vuelto a Barcelona sin avisar a nadie, sólo que hay buses que cuando no sirven en nuestros países, se les mandan allí para que sigan utilizándolos.