Salimos de Lima para iniciar nuestro recorrido hacia las playas del norte, estábamos deseosos de un poco de sol, calor y, por qué no, de recuperar el colorcillo perdido. Para eso tuvimos que hacer un cursillo acelerado de compañías de buses. Todo el mundo habla de la famosa Cruz del Sur, empresa que se supone que tiene el mejor servicio pero carisisisisisima. Nosotros nunca la cogimos pero podemos asegurar que Tepsa, Flores, Civa y Emtrafesa son igualmente competentes y a mitad de precio, sobre todo si vas un par de horas antes a la terminal y regateas el precio. Hay que tener en cuenta una dificultad añadida, a partir de Lima no hay una terminal de buses conjunta, sino que cada compañía tiene su propia estación, un rollo.
Antes de llegar a las playas hicimos un par de paradas en el camino…no muy productivas la verdad. Pasamos un día en Trujillo, ciudad fea donde las haya, que debe su nombre al Trujillo de Extremadura que es donde nació Pizarro, un viejo conocido de los Incas. Después del éxito tomamos un bus a Piura, otra cagada en el camino. Y por fin llegamos a Máncora, un famoso pueblo costero que sirve de base económica para visitar algunas playas populares de la zona, en teoría las mejores playas de Perú.
En ésta temporada la playa de Máncora no está nada mal, la masa turística ya ha huido y solo queda algún que otro perro flauta hippie argentino extraviado de la ruta. Se supone que en temporada alta es una fiesta constante. La playa en sí es quilométrica, puedes andar y andar si no fuera por la policía que te aconseja no alejarte mucho ya que hay asaltantes playeros.
Nuestra intención era conocer las playas de alrededor pero viendo los precios, nos quedamos hospedados tres noches en el mismo sitio, el más barato, y durante el día recorríamos la zona montados en los mototaxis. Uno de los días fuimos a Vichaíto, la playa estaba desierta, solo para nosotros. Es bonita y bastante más exclusiva que la de Máncora, digamos que básicamente solo va allí la gente que está alojada en los hoteles que hay a pie de playa, todos muy bonitos y paradisíacos.
Al otro día nos fuimos a la que es una de las playas más valoradas de Perú, Punta Sal. Fue una total decepción, nos pareció bastante más fea que Vichaito y tan siquiera es más espectacular que la de Máncora. Sin embargo, es carísimo quedarse a dormir allí, aún no entendemos por qué, ya que incluso el pueblo es feo y con menos oferta turística que Máncora.
En Máncora hemos comido de maravilla, mucho pescado, ceviche especialmente y sobre todo recomendamos el Tao, una fusión de tailandés chino, delicioso.
En resumen, disfrutamos de cuatro días de sol, playa, mar y tranquilidad. Hemos recuperado un poquito el color, objetivo cumplido. Con esto nos despedimos de un país que nos ha tratado de maravilla y que nos ha aportado muchísimo. Ahora, Ecuador nos espera.
Seguiremos bronceándonos...
3 comentarios:
¡Guau!
¿Qué es ese bichito que tienes en la mano? ¿Una hermana de Pato?
Dice el señor trompeta que a la vuelta Jordi sólo comerá pescado!!
Un beso
Buenas.... Ara cap ecuador a veure que ens ensenyareu del pais.
Ja es com estar fent el viatge amb vosaltres, esta b anar fent cultura
d
Petons des de osona
j-m-r-l
Hola familia,
Si ara toca ecuador... tot i que seràn pocs dies. a veure que us podem ensenyar d'aquest país.
Que bé!! que ens aneu seguint!!
Petons dels dos!!
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